viernes, 18 de febrero de 2011

El Manual del Pendejo




Acabo de adquirir el último bestseller  de la cultura popular peruana (por usar un eufemismo), llamada también criollada limeña o  pendejada de barrio o cultura chica o cultura combi (si queremos ser despectivos).
Se trata nada más y nada menos que del “Manual del pendejo”.
Caminaba por el jirón Carabaya en el Centro de Lima, luego de almorzar, para retornar al trabajo, cuando una ronca y altisonante voz, similar a la del famoso señor de “los amarres” (los arequipeños me entienden), llamó mi atención: 
-          “Aytiene el manual del pendejooo¡¡¡,  pal’ aspirante a pendejooo¡¡¡,  pal’ recontra pendejooo¡¡¡,  el manual del pendejoooooo¡¡¡
Me acerco y le digo:
-          Broder, ¿cuánto vale el manual?
-          Un solsito nomá varón
-          Dame uno, pero … te tomo una foto …
-          A ver pe …  el manual del pendejooooo¡¡¡
(la foto de arriba  corresponde  al momento en que mi causita terminaba de  pronunciar la palabra  “pendejoooo”).
-          Gracias comparito y dime, tú escribiste el manual?
(se quedó mirándome, como diciendo:  no seas pendejo).
Bueno, tengo en mis manos el manual de marras, creo que El sueño del celta, puede esperar, a leer el Manual del pendejo se dijo...
Desde la  primera línea el manual destila “sabiduría” popular. Lea  y aprenda querido lector:
-          El pendejo solo gana y cuando no gana patea el tablero.
-          El tonto trabaja, el pendejo hace trabajar a los demás.
-          El pendejo enamora, el tonto se enamora.
-          El pendejo vive mejor que nadie porque no se preocupa por nada ni por nadie.  
-          El pendejo no hace colas, el pendejo se cola.
-          Etc, etc.
Ése es,  resumido, el contenido del manual del pendejo, en fin… Como diría Melcochita, no lo lean¡¡¡

El vocablo pendejo es polisémico: alude al pelo que nace en el pubis y en las ingles, en países como Cuba o México se dice “pendejo” para tildar despectivamente a una persona cobarde, pero, en el Perú, pendejo es el astuto, el vivo, el taimado, el que saca provecho de los demás.
En muchos sectores el pendejo es bien visto, es admirado, es el que triunfará en la vida aunque no tenga talento, a diferencia del cojudo que, por ser tal, aunque tenga talento no triunfará. Entre ser pendejo o cojudo, definitivamente es mejor ser lo primero. Pero sucede que muchas veces, la pendejada se identifica o confunde con  la deshonestidad, con los antivalores, linda con el delito;  se le llama pendejo al aprovechado, al sinvergüenza, al estafador, al timador, al infiel. En ese sentido, la pendejada en el Perú, ha sido culpable de muchos males. Hemos tenido y tenemos políticos pendejos (léase corruptos), policías pendejos (léase coimeros), maridos pendejos (léase infieles), estudiantes pendejos (léase plageros), vendedores pendejos (léase estafadores), ciudadanos pendejos (léase deshonestos).
Se siente mal ser víctima de una pendejada… hacer una pendejada, debería sentirse igual.